Esta semana se ha celebrado el primer taller de cocina micológica en el que, a petición del alumnado, se ha priorizado la parte práctica tal vez influido por la hora, que invitaba mucho a una degustación, lo más amplia posible, de las recetas preparadas
Los resultados han superado nuestras espectativas más optimistas tanto en el aspecto digamos «académico», como en el del disfrute sensorial y también, por que no, del jolgorio.
Veanse, si no, estas muestras:
La obra de arte

Las artistas en pleno proceso creativo

Tan relajante como una sesión de yoga, tan sabroso como ir de tapas y, además, divertido. ¿Se puede pedir más?
Sí, que lo aprendido te permita repetir este placer cada vez que te apetezca.
Pues eso también lo tiene.